EL VENTANAL DEL CORONAVIRUS

La pandemia del coronavirus golpea, con  saña y con  fuerza, con extrema crueldad, a la sociedad. Un tema palpitante, de extraordinaria importancia que nos tiene a todos los ciudadanos con el corazón encogido. Aquí os dejo mi artículo «EL VENTANAL DEL CORONAVIRUS», que hoy, 24 de febrero, aparece publicado en el periódico regional extremeño «HOY».

La irrupción del coronavirus ha marcado una ‘cultura’, compleja, que arranca en el confinamiento. Dos palabras, coronavirus y confinamiento, que no formaban parte del léxico habitual español y que, hoy, lamentablemente, conocemos todos. La vida nos ha obligado a un giro absoluto: Te asomas a cualquier ventana y ha cambiado radicalmente el paisaje urbano, tal cual el paraje humano, que ha desaparecido… Las calles y plazas, con el dibujo surrealista de la soledad; las alertas se disparan en la conciencia social, caminas por la calle y el transeúnte, en dirección contraria, se cambia de acera…

Ya no hay saludos humanos, adioses, paseos, parrafadas de tertulias en la ciudad, vacía y solitaria, en la que los hábitos y las costumbres, han transformado, en menos que canta un gallo, la cultura callejera forjada en el hábitat tradicional…

Los domicilios perciben en su interior segmentos como la diversidad de estados anímicos, las redes sociales, la gimnasia, sobre todo la mental, y la pedagogía familiar del dialogo. También, penosamente, las nuevas preocupaciones e inquietudes… Ahora que el escenario aparece pavorosamente difuso en la nebulosa ciudadana. Por muchas circunstancias, para no engañarnos. La sociedad ha perdido el paso, encerrada en medio de un segmento de tribulaciones…

Cánovas, la Plaza, Pintores, la Ciudad Medieval, los colegios, Las empresas, los comercios siguen bajo el imperativo de ‘Cerrado hasta nueva orden’, en medio de la incertidumbre. Ganaremos la batalla al coronavirus. Gracias al esfuerzo excepcional de sanitarios, fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, transportistas, supermercados y tantos, así como el supremo ejemplo ciudadano… Pero a ver cómo hacemos frente a la factura y a la fractura.

Resulta patente que hoy, 24 de abril, continuamos con el pulso doblado ante la extrema crueldad del coronavirus, que nos ha cambiado los hábitos modelados al compás de las esencias humanas.

Mientras sigue el combate contra el coronavirus, entre severas divergencias políticas, además de la urgente reactivación económica, y la más rápida dinamización en todos los campos, los especialistas de nuestra sociedad deben intensificar esa otra vacuna para el paisanaje después de la batalla, por donde yacerán tantos cuerpos inertes, tantas gentes perdidas, tantos en las dudas. Nuestra sociedad se merece un futuro mejor que el desasosiego contenido en un puñado de metros cuadrados, desorientada ante lo que puede acaecer en una ciudad sin movimientos humanos, sin puertas abiertas…

¡Qué duro se hace tanto mirar por las ventanas y encontrarnos con tan desolados parajes…!

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